Los fabricantes de teléfonos móviles han convertido en algo habitual que, con el lanzamiento de sus nuevos dispositivos, las generaciones anteriores de estos se mantengan en el mercado durante un tiempo a cambio de un precio notablemente más asequible. Una práctica muy extendida que, por algún motivo, algunos fabricantes no están dispuestos a utilizar.
Numerosas marcas recurren a esta práctica, pero desde Google aún no parecen dispuestos a mantener sus teléfonos anteriores cuándo sus últimas generaciones son anunciadas. Algo que hemos podido comprobar con el lanzamiento de los Pixel 4 y Pixel 4 XL, dos teléfonos recién anunciados que, sólo unas semanas después de su lanzamiento, han conseguido hacer desaparecer por completo a sus hermanos menores.