Nuestros teléfonos nos permiten realizar cada vez más tareas. Desde su primera versión comercial hace ya unas décadas, estos no han parado de evolucionar; pasando de ser simples dispositivos para llamar, a convertirse en un elemento clave para nuestras vidas. Hay quienes incluso, debido a su cada vez mayor potencia, han decidido llevarlos al mundo “gaming”.
Estos smartphones no llegan la etiqueta “gaming” únicamente por su potencia, sino que se ha generado una industria en torno a estos dónde existen chipsets, sistemas de refrigeración o software enfocados a cubrir las necesidades de estos dispositivos. Un mercado cada vez más popular que Google ha querido aprovechar creando una certificación que los identifique.