Durante su trayectoria bajo el seno de Google, los teléfonos de Motorola consiguieron amasar gran popularidad entre los usuarios. Su éxito residía, principalmente, en el empeño de este fabricante por ofrecer actualizaciones de software rápidas y de gran calidad; un aspecto muy valorado por los usuarios que, por desgracia, ha perdido encanto tras ver cómo esta compañía pasaba a manos de la asiática Lenovo.
Uno de los afectados por este cambio de manos fueron los Motorola Moto G4, una familia muy capaz dentro de la gama media que, con la llegada de Android Oreo, su fabricante decidió excluir de sus planes para actualizarlos a esta versión. Las quejas de sus propietarios no tardaron en aparecer, consiguiendo que esta filial de Lenovo añadiera a su hoja de ruta a su variante Plus; una solución a medias que, casi dos años después, tiene final feliz.